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AL INICIO, HABÍA LUZ
La enorme energía del cosmos existía en forma de radiación en las primeras fracciones de segundo después del Big Bang. Mucho antes de que surjan las partículas elementales, bañó el universo en una luz suave, pero brillante.
La vida surge a través de la interacción de aminoácidos y luz. El mundo de los seres vivos por lo tanto se basa desde el inicio en el efecto de la luz y se caracteriza por la alternancia entre luminosidad y oscuridad.